- Admitimos que somos impotentes ante el juego y que nuestras vidas se habían vuelto ingobernables.
- Llegamos a creer que un Poder mas grande que nosotros mismos podría devolvernos a una manera normal de pensar y vivir.
- Decidimos poner nuestra voluntad y nuestras vidas al cuidado de este Poder, según nuestro propio entendimiento.
- Realizamos cuidadosamente y sin miedo un inventario moral y financiero de nosotros mismos.
- Admitimos, ante nosotros mismos y ante otro ser humano, la naturaleza exacta de nuestros errores.
- Estamos totalmente dispuestos a eliminar estos defectos de carácter.
- Humildemente le pedimos a Dios, según nuestro propio entendimiento, que elimine nuestros defectos de carácter.
- Hicimos una lista de las personas a las que habíamos dañado y estuvimos dispuestos a idemnizarlas a todas.
- Idemnizamos directamente a tales personas cuando fue posible, excepto si al hacerlo dañara a ellos o a otros.
- Continuamos haciendo nuestro inventario personal y cuando estábamos equivocados rápidamente lo admitimos.
- Buscamos a traves de la oración y la meditación mejorar nuestro contacto consciente con Dios, orando sólo para conocer su voluntad para con nosotros y el poder para llevarla a cabo.
- Habiendo hecho un esfuerzo para practicar estos principios en todos nuestros asuntos, tratamos de llevar este mensaje a otros jugadores compulsivos.